A Marcos, porque inspiró este relato y también ayudó a escribirlo
Estoy un poco
confundido últimamente. La otra noche antes de irme a dormir, le dije a mi mamá
charlemos un rato mami, aunque a mí no me gusta mucho charlar, las nenas
charlan, a ellas la seño les dice basta chicas cierren el pico que parecen
cotorras y a mí la única que me parece una cotorra es Teresita porque tiene la
nariz un poco grande más bien como de loro, sí, como la de esos loros que vi en
el parque de las aves en las cataratas cuando mi mamá se ganó una rifa o un
premio porque escribió algo, un cuento o una poesía, no sé bien qué escribió,
mi mamá siempre anda con un lápiz viejo chiquitiiito y una libreta con unas
flores en la tapa y estamos en el doctor y zas, ella saca su lápiz y su
libretita y se pone a escribir, o está durmiendo y parece que de repente su
cerebro se despierta y entonces saca otra vez la libretita y el lápiz, que
claro sin lápiz no va a poder escribir mucho la pobre, y entonces anota algo y
parece como si alguien, una seño por ejemplo, le estuviera haciendo un dictado,
y yo todo esto lo sé porque lo sé, no porque la haya estado espiando.
Como decía,
estaba yo listo para irme a dormir pero le pedí a mi mamá que se quedara un
rato para charlar, pero la verdad, la verdad yo quería que ella se quedara para
hacerme mimos en la cabeza con esos dedos largos y finitos que tiene, tan
lindos, como de pianista dice mi abuela, lástima que tu madre nació con un
toscano en el oído, y yo todavía no sé bien qué es un toscano y no me animo a
preguntar a ver si mi mamá se ofende porque en la escuela nos enseñaron que hay
personas con necesidades espaciales y a mí no me cierra mucho lo del toscano y
lo de espaciales, por eso mejor no pregunto.
Y esa noche
cuando yo quería que mi mamá se quedara un ratito más conmigo, le pregunté
mamá, cuando vos te mueras voy a tener que seguir portándome bien, y ella me
miró con esos ojos tan lindos que tiene y que se parecen a los caramelos de
miel que guarda en el tarro con orejitas de conejo que le hice yo en la clase
de plástica y que a mí me gusta mucho aunque mi hermano mayor se burla y me
dice que más que conejo parece eté y ayer lo busqué en internet y eté se
escribe en realidad ET y quiere decir extraterrestre, y entonces pienso que en
vez de mi mamá a lo mejor soy yo el que tiene algo de espacial.
Bueno, como
decía, le pregunté a mi mamá si cuando ella se muriera, o se fuera al cielo con
Dios y Jesús y la Virgen como nos enseñó Dorita la catequista, o se fuera a la
quinta del Ñato como dice mi abuelo, y a mí me parece que la quinta de este tal
Ñato debe ser más divertida porque mi amigo Eze tiene una quinta y en verano
vamos todos los amigos del cole y nos tiramos de bomba a la pileta y después
salimos con los dedos arrugados como si fuéramos viejitos pero por suerte
todavía somos chicos aunque a veces creo que no tanto porque mi hermano mayor
el fin de semana me dejó escuchar una canción de los Rolin y a mí no me gustó
mucho y no entendí nada, era todo un barullo, pero ojo tampoco soy tan nenito
como para seguir dale que dale con Manuelita y su bendito Peguajó que ya me tiene
harto y me dan ganas de decirle ma sí por qué no te quedaste en Europa y dejás
de romper bien los quinotos, pero eso sólo lo pienso que si llego a decirlo en
voz alta mi abuela me da un coscorrón y después me deja sin Nescuic y me
enchufa ese mate cocido asqueroso que tiene gusto a pasto viejo porque mi
abuela es de pocas pulgas, es decir que se enoja sencillamente y que si le
hubiera hecho la pregunta a ella seguro me habría dicho nene callate y dormite
de una vez.
Y entonces
cuando le pregunté a mi mamá, ma, cuando vos te mueras voy a tener que seguir
portándome bien, ella me miró y se rió y me dijo ay hijito te quiero tanto
tanto y me hizo mimos en la cabeza y se acomodó los rulos como para peinárselos
un poco pero mucho resultado no le dio porque siempre los tiene despeinados, la
peluquera de la esquina le dice que son rebeldes, es decir revolucionarios, que
eso me lo explicó mi hermano cuando estudiamos el 25 de mayo, y a mí en el
fondo me gusta que mi mamá sea revolucionaria aunque acá ya no haya un virrey
sino una presidenta que a lo mejor es medio prima de los virreyes porque Corina
dice que la presidenta se cree una reina, pero yo creo que Corina lo dice
solamente porque le tiene envidia y porque es tan mandona que le gustaría a
ella ser la presidenta y dar órdenes todo el tiempo, que prendeme la tele que
quiero ver el noticiero, que llamame al presidente de los Estados Unidos porque
es su cumpleaños, que cállense todos que no puedo concentrarme y tengo que
estudiar un discurso.
Y entonces
mi mamá se rió de nuevo y me dijo dale correte un poquito, haceme un lugar, y
se acurrucó al lado mío y a los cinco minutos se quedó dormida y yo pensé que
mi mamá ya no parecía una mamá sino más bien una muñeca como las de mi mejor
amiga Juana, o quizás una niña pequeña y despeinada y
pensé qué suerte que tenía yo que podía cuidarla mucho y a lo mejor también,
sin despertarla, hacerle unos mimos en esa cabeza que mi mamá tiene toda llena
de rulos revolucionarios.
Hay un cuento de Abelardo Castillo que es genial y que me sirvió para poder escribir "Una pregunta". Se llama "Noche de Epifanía". ¡No se lo pierdan!
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