miércoles, 4 de septiembre de 2013

Conversaciones con mi hijo



lunes 1 pm, camino al colegio

—¡Mamá, mirá! ¡Crecí! Ahora el piso me queda más lejos.

martes, mediodía

Hace un frío de temer y el viento sopla como loco. Marcos mira por la ventana y me dice con absoluta certeza:

—Mamá, cuando hay mucho viento, los árboles bailan. Eso me lo dijo una seño en el colegio.

Él sigue almorzando. Y yo pienso contenta que todavía quedan maestros con imaginación.

miércoles 8 am, en el desayuno

—Mamá, cuando sea grande yo quiero ser normal.
—Ah, sí, ¿normal?
—Sí, aunque en realidad me gustaría ser mozo.
—Uy, Marquitos, qué difícil, hay que tener mucho equilibrio y buena memoria.
—Ah, entonces prefiero ser cocinero, obvio.

jueves 9 am, camino al colegio

—Mamá, ¿quién es Poseidón?

Por suerte, justo pasábamos por lo de Anita, que estaba limpiando la vereda y le contestó.

jueves 10 pm, antes de dormir

—Mamá, ¿hay escuelas donde los niños van solamente los sábados y domingos, y toda la semana no van?
Pienso en las Sunday schools de Estados Unidos, adonde los chicos van y estudian religión, y le digo, no, no hay chiquito, una lástima, ¿no?

viernes 9 am, camino al colegio

—Mamá, yo quiero ser santo.
—¿Qué cosa? —pregunto. Me parece haber oído mal.
—Sí, quiero ser santo, pero no para tener esa lucecita arriba de la cabeza, para eso no.
—Ah, ¿y para qué?
—Para hacer escuelas.
—Pero para hacer escuelas no hace falta ser santo.
—Ah, claro, puedo ser constructor.
—Sí, o maestro —le digo, y pienso que por ahí ambas cosas son lo mismo.
…..
—Mamá, ¿qué hizo Simón Bolívar?
Uy, este hijo mío, cuántas preguntas a esta hora.

2 comentarios:

  1. Gracias por compartir anécdotas tan divertidas y enternecedoras. ¡Realmente imperdibles! Las preguntas y la imaginación de los chicos son asombrosas. Me recuerdan a la sección "Palabras mayores" de la revista Viva, ¿seguirán publicando esa sección me pregunto? Era una de mis favoritas cuando recibía el diario en papel, allá lejos y hace tiempo.

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  2. Escuchar lo que dicen los chicos es genial. Hay que estar con la oreja atenta porque ellos son fuente constante de las más divertidas frases e historias. Supongo que es porque todavía tienen toda la frescura y la imaginación que se necesita para dejar volar la mente. Lástima que muchas veces el sistema (escolar, social, etc etc) los aplasta y encasilla, no? En casa tratamos de compensar un poco eso motivándolo a Marquitos para que lea, y por suerte, le encanta. La lectura ya es para él un lugar propio, un refugio.
    Me acuerdo de esa sección de la revista, creo que eran los mismos lectores quienes mandaban las anécdotas. Algunas eran imperdibles!

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